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«Por los caminos del Merengue» hace llamado a luchar por preservación del género típico

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«Por los caminos del Merengue» hace llamado a luchar por preservación del género típico

El maestro y escritor Rafael Chaljub Mejía presentó su más reciente obra “Por los caminos del merengue” con el que hace su llamado a que “se luche por la preservación del merengue típico, porque –según cree- hay sectores de la Sociedad Dominicana que nunca lo han admitido y siempre lo han discriminado.

Aunque el merengue típico se mantiene especialmente en la zona de El Cibao, “donde es fuerte”, Chaljub puso como ejemplo que nunca se ha visto un conjunto típico actuando solo en el Teatro Nacional.

Con esta obra–explicó a ImagenesDominicanas.com- Chaljub busca “narrar la historia del surgimiento, su desarrollo y su afirmación como principal manifestación del folclore musical de nuestro país y el papel que ha jugado”.

“El merengue típico es la más autentica representación de lo que somos los dominicanos” lo que está plasmados en “sus letras, bailes, manifestaciones libres, espontaneas y democráticas de esta música de la resistencia; en las que se refugió el pueblo cuando le cerraron los salones la oligarquía santiaguera y clases dominantes”, dijo Rafael Chaljub a ImagenesDominicanas.com

Citó que a la llegada al país de los acordeones y su propagación del instrumento –después del año 1870- comenzó a escribirse una nueva historia del merengue típico.

Al preguntarle sobre su comparación con la música de ahora nos dijo:
Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub
“Nada de lo de ahora es igual a lo de antes, el ritmo no es el mismo, la cadencia, los motivos, la sociedad y el público tampoco”, pero aclaró que “hay una evolución del merengue, ya es distinto”, aunque aseguró que “muchos han adulterado esa música”.

“Hay algunos que se dicen grupos típicos, que de típicos no tienen más que un acordeonista parado, en medio de muchos instrumentos ajenos a la esencia y con un patrón rítmico que no es el del merengue típico”, expresó el escritor.

Chaljub contó como anécdota –en primicia- el surgimiento del merengue “Las Muchachas de Juan Gómez”, relatada por unos de los hijos de Baudilio Grullón –acordeonista dominicano que nació en 1854 cuando la República apenas tenía 10 años de fundada- y que al pasar por el poblado de Juan Gómez, piropeó una muchacha que machacaba “cañafistol”.
Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub
Muchos se rieron de él y tiempo después Baudilio, vio a una de esa muchachas se llamaba Dolores Pérez (Lola) se enamoró de ella y se consiguió a “Lola la de Juan Gómez”; lo que originó las letras del famoso merengue: “me gusta bailar con lola, porque lola baila bueno, ella se deja llevar como caña pa´l ingenio”.

Baudilio murió de 97 años, dejó 53 hijos, quedan 18 vivos y uno de esos, Américo Grullón –que cumplía años al día siguiente- “le regaló un premio con esa revelación” y además estuvo presente en el acto.
Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub

Presentación del Libro realizada por Huchi Lora donde explica el descubrimiento trascendental, que el merengue propicia la longevidad.

Por los caminos del merengue de Rafael Chaljub Mejía
Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub
Hace mucho tiempo que Rafael anda por los caminos del merengue. Prácticamente desde Su infancia, así que lo caminado es mucho.

Esta nueva obra es una invitación a montamos con él a recorrer esos caminos por el Norte, el Este y el Sur, por lomas y por llanos, por lagunas y barrancas, por ranchos y bohíos, por carreteras y trillos, en fin, por cualquier lugar de costa o tierra adentro donde nuestra música.

Como el dice, alborote las enramadas estas andanzas no respetan lugares ni tiempos. Por estos caminos, podemos encontrarnos en Santiago en 1878, con las barreras arancelarias que les levantaron a los acordeones alemanes, acusados de alegrar a los pobres, en disonancia con instrumentos tan aristocráticos como el piano y el violín.

Caminando con Rafael podemos llegar a 1915 a compartir con el puertoplateño Vicente Martínez (Minar) y verlo llevar el acordeón y el merengue a Nagua para iniciar una tradición que se mantiene hasta hoy.

O podemos consultar en 1922 a la médica “facuíta» Tillá, de la estirpe de acordeonistas celebres como Nino Tilla y Daniel Santana Guzmán, «El General Larguito», la que curaba cualquier enfermedad o mal de amores.

O ver en Bajabonico a la curandera Balbina González y cantarle: «Dios se lo pague a Balbina / Dios se lo debo pagar; / con la voluntad divina /ella me ayudo a sanar».

Estos caminos del merengue nos conducen a La Penda de La Vega para conocer el posible origen del Juangomero, o a Guanajuma, a ver a Yan de la Rosa cambiar una carga de andullos por un acordeón que inició una distancia merenguera continuada por sus hijos Quin, Lulo y Arsenio de la Rosa.

Acompañando a Rafael en las páginas de su nueva obra podemos toparnos con Lolo Reynoso en los campos de La Vega, o con Isaías Mezquita (Matón) en los trillos de Sabaneta, o con su hijo Ramón Mezquita (Matoncito) en los campos de Nagua, todos desaparecidos hace mucho tiempo.
Por los Caminos del Merengue de Rafael Chaljub
En Hatillo Palma, puede que Rafael nos presente a Heroína Cruz, la eterna e inalcanzada musa do Ñico Lora, proclamado por él como «el más grande talento merenguero de todos los tiempos, sin duda alguna el padre y precursor de nuestro merengue típico».

Pero igual puede «pecharse» con el prócer Pedro Francisco Bono y compartir la comparación sociológica de los cultivos de cacao y de café, uno oligárquico y otro popular.

Por los caminos de estas páginas podemos pasar por 1892 para ver el nacimiento de una figura del merengue típico como Juan Bautista Pascasio, o ir más allá, hasta 1861, el año de la Anexión, para venir al mundo merenguero junto con Fuache, alias Francisco Antonio Espinal.

Podemos montar a lomo de un acordeón para pasar por la guerra restauradora contra España o por la resistencia a la invasión de 1916 contra Estados Unidos.
En los caminos del merengue encontramos igualmente la presencia de nuestra principal expresión musical en dos escenarios disimiles, pero ambos muy dominicanos: la iglesia y la gallera. ¡Cuántos merengues dedicados a las festividades religiosas y a la lidia de gallos!

Aquí nos enteramos también de una característica importante del merengue, y es que, muy temprano y en época de mucho machismo, fue vehículo para la igualdad de la mujer. Había líderes femeninas de conjuntos campesinos, como Mercedes Mezquita y Monguita Peralta: «Monguita Peralta / la de Dajabón, / pasó la viguela / tocando acordeón».

Después hemos conocido la capacidad y el liderazgo de Fefita “La Grande”, María Díaz y La India Canela, entre varias figuras del merengue típico, y como ningún otro género, el merengue ha producido varias agrupaciones femeninas, como las orquestas de Belkis Concepción, Las Chican y las Mandarinas.

Pero igual nos encontramos con historias de guardias de corte machista: «Ei soidao que no baila / ni se abe enamorai, / ¿qué se puede eperai de ei / si lo mandan a avanzai?»

En estas páginas hacemos también un descubrimiento trascendental: el merengue propicia la longevidad. Datos biográficos de muchos merengueros nos llevan a esa conclusión. Yan de la Rosa falleció a los 90 y pico, Ñico Lora a los 113, y actualmente tocan el acordeón Antonio Collado, de 104 años y en Mao, Bernardino Guzmán, de 115.

El secreto es que el merengue solo tiene alegría. Y no solo es el típico: piensen en Francis Santana, Frank Cruz, Vinicio Franco, Johnny
Ventura y Joseíto Mateo, que antes se ponía bravo cuando Ie decían viejo, pero ahora lo proclama con todo el orgullo que Ie da el logro de, seguir cantando bien y bailando con la misma gracia.

Hace un ano, cuando Joseíto cumplió 90, se me ocurrió escribir lo siguiente, que ojalo alguien lo grabe, porque vale para todos los demás:

El merengue prolonga la vida.
El merengue guarda la salud,
El merengue solo es alegría,
Es la fuente de la juventud.
No me den pastilla
Pa la calentura,
Denme un merenguito
De Johnny Ventura.
No me den pastilla
Ni tisana e jagua,
Tóquenme un pambiche
Dei Ciego de Nagua.

Rafael Chaljub Mejía es un quijote, pero a diferencia del desquiciado personaje de Cervantes, este tiene el buen tino de hacerse acompañar en sus andanzas, no de un escudero como Sancho Panza, sino de su mismísima Dulcinea.

Tiene sueños, como el caballero andante de La Mancha, pero también exhibe obras concretas como esta joya que nos entrega hoy para el mejor conocimiento y entendimiento de nuestra principal expresión musical popular: Por los Caminos del Merengue.

Huchi Lora
Santo Domingo, 29 de septiembre de 2011

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